Wildlands
La gran Oscuridad se alzó para destruir el mundo, y en cierto modo tuvo éxito. Buscó el control absoluto, centrando su atención en los cristales arcanos que impulsaban el Imperio, y que, según muchos, habían creado la vida misma. Los buenos, luego los valientes, y finalmente los poderosos se enfrentaron a la Oscuridad, y uno a uno fueron cayendo. Después de la batalla final sólo quedaron unas pocas almas cansadas, y la Oscuridad sonrió, pues un nuevo orden estaba a su alcance. Hasta que en un acto final y desesperado por evitar que la magia cayera en manos del mal, esas pocas almas abrieron los cristales desatando una oleada de magia pura. La Oscuridad fue finalmente borrada, y el viejo mundo con ella. La ciudad capital brilló y luego implosionó. Las minas retumbaron, siniestramente. Los caminos se vaciaron. Los puentes se cayeron. Sin sus reglas ni hechizos intactos, el colapso del Imperio se selló en un instante. Los cristales arcanos se hicieron añicos, enviando fragmentos a lo largo y ancho de la tierra. Cristales de pura magia, dispersos por un nuevo mundo salvaje y peligroso, que llaman a aquellos que podrían necesitarlos.
Así se nos presenta Wildlands, un diseño de Martin Wallace, por lo que tendréis que tirar de importación (aunque el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 14 años y una duración aproximada de entre 30 y 60 minutos.
Cada jugador controlará una facción compuesta por cinco miniaturas. Estas miniaturas se encajarán en una base de plástico de un color significativo para identificarlas sobre el tablero.
Asociada a cada personaje tenemos las Cartas de Personaje, que muestran una ilustración representativa, con el símbolo del personaje en la esquina superior izquierda y el número de puntos de vida en la esquina superior derecha. Las cinco cartas de personaje forman un mural si se conectan adecuadamente.
El núcleo del juego girará en torno a las Cartas de Acción. Cada facción dispone de un mazo de 30 cartas que mostrarán los cinco símbolos asociados a los personajes y, junto a estos, posibles acciones. Cada carta podrá utilizarse para ejecutar una acción asociada a alguno de los personajes indicados en la carta. Algunas cartas muestran acciones no asociadas a ningún personaje, por lo que podrán ser resueltas por cualquiera. Adicionalmente, en el mazo habrá una serie de cartas especiales que funcionarán como comodín a la hora de desplazar miniaturas, recolectar gemas, además de permitir robar nuevas cartas o interrumpir el turno de otro jugador para convertirse en el jugador activo (retornando posteriormente el turno al jugador que tiene el marcador de jugador activo).
La vía directa para obtener puntos de victoria son los Cristales. Un jugador solo podrá reclamar los cristales de su color. Cada cristal equivale a un punto de victoria, y será necesario que un jugador acceda a la región correspondiente y ejecute una costosa acción para reclamarlo. Los cristales reclamados permanecerán en poder del jugador hasta el final de la partida.
Se disponen de unas Cartas de Mapa que simplemente muestran uno de los valores asociados a cada una de las zonas. Al comienzo de la partida cada jugador recibirá diez de estas cartas, con las que decidirá la posición de sus miniaturas, así como los cristales del jugador de la izquierda.
Para contabilizar los Puntos de Daño se utilizan unos marcadores rojos. Cada vez que un jugador consiga infligir daño a una miniatura rival, se colocará uno o dos marcadores (dependiendo del ataque) sobre la carta de personaje correspondiente. Cuando el número de marcadores alcance al número de puntos de vida del personaje, este será eliminado. La miniatura la reclamará el jugador que asestó el golpe de gracia, ya que equivale a un punto de victoria.
Wildlands es un juego de escaramuzas y confrontación directa entre los jugadores con una carga conceptual muy reducida para lo que suele ser habitual en este género y con un ritmo espectacular. Los detalles que lo hacen especial son esa fase de pre-partida en la que los jugadores escogen las posiciones iniciales de sus miniaturas y los cristales de los rivales, así como la posibilidad de interrumpir los turnos de los rivales para sorprenderles y aprovecharse de su trabajo. Las mayores pegas que se le encuentran es que a menos de cuatro jugadores se pierden sensaciones y que el factor azar, con tanto oportunismo, pueda ser relevante en algunas partidas.
Link de descarga: https://drive.google.com/file/d/1R2_fnmkdfutf7VFXoUF7kDc2yTIEEVmT/view?usp=sharing
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