P&P Pánico en Wall Street

 Pánico en Wall Street


El juego de esta semana es un party game muy interesante, perfecto cuando se junta una cantidad importante de gente y el resto de juegos se quedan cortos, porque a este juego pueden jugar hasta 11 jugadores.


Nos encontraremos ante una dinámica muy interesante a la par que caótica. Primero de todo se forman dos equipos: el de los empresarios y el de los inversores, que tendrán que competir no un equipo con el otro, sino los miembros de los dos equipos entre sí. Eso hará que al final del juego, haya dos ganadores, uno por cada equipo.
Pánico en Wall Street quiere emular las situaciones locas de inversión en bolsa y hay que decir que lo hace de maravilla, aunque ya hablaré de ello un poco más adelante.

Primero, la preparación, rápida y sencilla, como tiene que ser en un juego de estas características. Se coge el tablero de fluctuación y se colocan, encima de donde pone salida, los 4 marcadores de fluctuación. Aquí ya podemos ver los 4 colores del juego: el rojo, asociado a inversiones de alto riesgo; el amarillo y el verde, asociados a inversiones de riesgo medio y el azul, asociado al riego bajo. Este patrón de colores se irá repitiendo, haciendo que todo sea sumamente sencillo e intuitivo. En esta fase dividimos ya a la gente por equipos, los empresarios cogerán 3 empresas aleatoriamente (que no sean de las dobles) y los inversores cogerán 120.000 dólares y sus 10 fichas de inversión en forma de monedas.


Es importante que los empresarios tengan en esta fase también un rotulador cada uno, porque los van a usar, y mucho. Cada ficha de empresa corresponde a un color (y por tanto a un nivel de riesgo) y tiene un espacio para apuntar cifras. Recomiendo a los inversores que se levanten y tengan preparadas en las manos las fichas de inversión. Es importante que haya espacio en la mesa y sobre todo que todo el mundo pueda comunicarse con todo el mundo, la siguiente fase, la de negociación, lo requiere.
Negociación Con los empresarios, rotulador en mano y sus empresas delante y los inversores de pie y sus fichas de inversión listas, se da la vuelta al reloj de arena y empieza la verdadera locura de este juego. Los inversores deberán ir dejando sus fichas de inversión encima de las empresas de los empresarios a la vez que dicen un precio (múltiple de 5) y los empresarios tendrán que tomar nota de ello, pero claro, luego puede venir otro inversor, ofrecer más, quitar la ficha de su adversario y poner la suya. En esto, los empresarios no tienen voz, simplemente apuntan y ofrecen lo que tienen para atraer a los inversores hacia ellos.
En lo que sí que tienen voz es en una acción llamada “cerrar” la inversión, en la que el empresario y el inversor acordarán un precio por el cual nadie más podrá invertir en esa empresa a partir de ese momento, lo que le garantiza al inversor que esa empresa es suya y nadie podrá ir detrás a robársela. Eso se marca dejando el marcador de inversión boca abajo en la empresa cuya inversión esté cerrada. Claro está que puede que el empresario no tenga interés en cerrar la inversión y se niegue a ello a menos que el inversor haga una oferta descabellada. Todo eso, obviamente, se hace todo al mismo tiempo, a gritos y a codazos entre inversores que buscan todos el precio más bajo para la inversión que ellos consideran más adecuada.


Acabados los dos minutos del reloj de arena, se deja de poder seguir invirtiendo y se guardan las fichas y las cifras marcadas encima de las empresas. Esta parte es el alma del juego, una carrera contrarreloj para hacerse con las mejores empresas a los precios más competitivos por un lado, y por el otro una carrera para granjearse la atención de los inversores mientras regateas para que paguen caro la posibilidad de cerrar la inversión en tu empresa. Es muy posible que al principio, dado el escaso número de empresas, los inversores paguen mucho por ellas, pero hay que decir que pagar demasiado no sale a cuenta y perder dinero es todo lo contrario del objetivo de este juego.
La siguiente fase es la de beneficios de los inversores, en la que simplemente se tiran los dados correspondientes a los 4 tipos de inversión y se ve si los beneficios suben o bajan. La gracia de los tipos de inversión está aquí, como se puede ver, el dado rojo va de +7 a -7 y los beneficios van de -20 a +70, mientras que los demás dados no tienen tales fluctuaciones. Una vez lanzados los dados, se suben o se bajan los marcadores tantas posiciones como marquen los dados, fácil. Ahora, los inversores reciben tanto dinero como marque el contador, por cada empresa en la que hayan invertido.


Por ejemplo, si alguien ha invertido en 3 empresas amarillas y en una azul y el amarillo está en 40 y el azul en 20, se llevaría 140.000 dólares en total. Importante, en esta fase no hay que tocar ni quitar nada de las empresas, sólo cobrar por sus inversiones.
Una vez han cobrado los inversores, viene el momento de pagarles lo prometido a los empresarios. Cada inversor pagará a los empresarios la cifra marcada en las empresas en las que haya su ficha de inversión. Si un inversor no pudiera pagar a un empresario es que ha tenido mala suerte con sus inversiones y está en un lío: o bien se lo descalifica, o bien deja ese dinero a deber al empresario.
Pasada la fase de los beneficios de los empresarios, éstos tienen que pagar el mantenimiento de sus empresas, 10.000 por cada una, a la banca.
La fase final, pero no por ello menos interesante, es la fase de compra de nuevas empresas. Se irán sacando, una por una, nuevas empresas de la caja y los empresarios podrán pujar por ellas (en múltiples de 5). Aquí cabe la posibilidad de que salga una de las empresas con un 2x, que dan dobles beneficios a los inversores y por las que pagarán pasta gansa para llevarse, así que como empresario, luchar por conseguirlas es muy interesante.
Estas 5 fases se repetirán 5 veces (como si fueran 5 meses), y obviamente, cada vez habrá más empresas en juego, más inversiones, más gritos, más caos y más dinero corriendo de unas manos a otras. Es un party game como pocos, que garantiza diversión frenética de la buena. Una vez terminados los 5 meses, el que tenga más dinero de cada equipo, es el ganador de su equipo, así de simple.
Como recomendación personal y como norma general a seguir en los party games, cuantos más mejor, estando en este caso el número ideal entre 8 y 11 jugadores.




También tengo que decir, por la experiencia que tengo en el juego, que la gente tiende a hacer inversiones muy bestias los primeros turnos, sin fijarse mucho en que los beneficios por inversión deberían compensarles y no generarles pérdidas porque han decidido cerrar una inversión por 50.000 porque son mas chulos que nadie. Y lo mismo digo sobre la fase de comprar empresas, por una empresa normal no paguéis mucho más de 25.000 o realmente es muy difícil que la compra os salga bien, especialmente en los últimos turnos de juego. Excepción a eso, claro está, son las empresas 2x, que generan más beneficios y por tanto serán compradas a mayor precio por parte de los inversores. Como pequeño defecto, diría que hay que ir con cuidado a la hora de borrar las cifras de las fichas de las empresas, porque muy pronto empiezan a tener un aspecto muy sucio.


Si estáis cansados de jugar al Lobo, al Toma 6, al Resistencia o al Saboteur cada vez que sois muchos, dadle una oportunidad a este juego, no os arrepentiréis. Pánico en Wall Street está ambientado en la época del Crack del 29, y realmente, tanto la caja como sus componentes están muy conseguidos, es una de las primeras cosas que llama la atención, que pese a ser un juego para muchos jugadores, sigue teniendo en cuenta el detalle, y eso es de agradecer.
Link de descargas: 
https://drive.google.com/file/d/1t_PTMhzwzS0azmC-N2z-F4Q2PUlDA4CJ/view?usp=sharing


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