Raiders of the North
Los jugadores somos vikingos que disfrutamos haciendo lo que suele hacer un vikingo: robar, matar e ir al Vallhalla tras un asalto.
El tablero presenta varias casillas de edificios llenos de recursos. Nuestro objetivo es ir asaltando esos edificios y llevarnos el botín para conseguir más puntos de victoria que los demás al final de la partida.
El juego es muy sencillo y original.
Al inicio de la partida se coloca un meeple en cada edificio y tres meeples en algunas de las casillas de acción de la aldea (otras quedan libres). Cada jugador empieza su turno con un meeple y cuando le toca jugar sólo puede hacer una de estas dos acciones:
- Colocar un meeple en una acción libre y ejecutar la acción, y luego coger un meeple de otra casilla ocupada y ejecutar la acción. Así, cada jugador empieza el turno con un meeple y acaba con otro.
- O bien realizar un asalto a uno de los edificios. Se pagan los recursos necesarios para realizar un asalto y se toman los recursos del edificio así como el meeple del mismo. Así, se inicia el turno con un meeple y se acaba con otro. Los asaltos siempre son victoriosos y otorgan puntos de victoria según la resistencia que presenten y nuestra fuerza de ataque.
Los recursos que podemos cobrar de un asalto son oro (necesario para atacar determinados edificios), hierro (necesario para aumentar nuestra fuerza con armaduras), ganado (que nos proporcionará provisiones necesarias para los asaltos) y calaveras (que provocan la muerte de uno de nuestros vikingos por cada calavera que nos llevemos en un asalto). Cada vez que cogemos una calavera sacrificamos uno de nuestros vikingos (descartamos una carta jugada) y subimos un peldaño en la pista de puntos del Vallhalla (la cual dará puntos al final de la partida).
Para poder asaltar cada edificio necesitaremos un número determinado de tripulantes en nuestro barco, pagar provisiones y, en algunos casos, oro.
En la aldea hay unas casillas de acción que nos permiten hacer acciones como: obtener recursos, dinero (con el que jugamos las cartas), realizar ofrendas a los dioses (canjear recursos por losetas de puntos) y reclutar tripulación para los asaltos.
La tripulación son las cartas que iremos cogiendo a lo largo de la partida y tienen unos efectos permanentes si las jugamos en nuestro barco así como unos efectos instantáneos si las descartamos en una de las acciones disponibles en la aldea.
La partida acaba cuando sólo queda una de las fortalezas por asaltar, cuando se acaban las losetas de ofrenda o cuando no quedan calaveras en el tablero.
Opinión
Raiders of the North Sea es un juego vistoso, original y sencillo, con una mecánica principal fresca y rematadamente simple: "coloco meeple, saco meeple", a partir de la cual surge un juego que mezcla el oportunismo, la estrategia a medio plazo y la sensación de carrera trepidante por la necesidad de llegar a los objetivos antes que los demás.
De una mecánica básica, mínima, surge un juego ligero que se juega en menos de una hora pero que va a hacernos tomar más de una decisión interesante en cada uno de nuestros turnos, que son rápidos, frenéticos, intensos y sin interrupción ni parálisis alguna. Te vuelve a tocar en un minuto.
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