P&P Onitama

 ONITAMA



Onitama es un juego fácil de aprender, pero es difícil de dominar. Al igual que el ajedrez, son dos mentes enfrentándose constantemente intentando prever los movimientos de la otra, sin que la suerte juegue un rol y con toda la información disponible desde el inicio.

 


“Abstracto de estrategia” pueden ser las peores palabras para empezar una reseña positiva de un juego de mesa.  Suena como el compañero de cole que insistía en que llevar cursos de matemática avanzada era divertido y que jugaba ajedrez en el recreo, – no puedo confirmar, ni negar, que en mi adolescencia pude haber sido esa persona- y no evoca la tensión de tirar dados, la satisfacción de ganar apuestas, ni la emoción de aventurarse en calabozos.

En fin, seamos honestos, suena poco sexy… y aun así existe un motivo por el cual los juegos inmortales, esos que son tan antiguos que no se sabe su edad, suelen ser siempre juegos abstractos de estrategia (como backgamon, damas, go).

Hay una legítima belleza en sus diseños, algo inexplicable que hace que, aunque en papel se vean secos, al jugarlos llenen de satisfacción, y pocos ejemplos modernos evocan eso tan bien como Onitama.


 

Si hay un solo adjetivo que pueda describir el encanto de estos juegos, sería “elegante”. En Onitama, esta cualidad se ve desde la hermosamente producida caja y componentes (al menos en la versión de Arcane Wonders), hasta en la jugabilidad en sí. Ese sentimiento inexplicable que lleva a algunos a gastar altas sumas de dinero en un set de ajedrez que no ofrece ventajas prácticas por encima del de plástico que venden en el supermercado, lo tiene Onitama. Eso, tan característico de los juegos abstractos de estrategia, creo yo, se debe en gran parte a su elegancia.

Antes de continuar detallando por qué a alguien le podría gustar este juego, me gustaría explicar a qué me refiero con elegancia, pero para eso tengo antes que definir otros dos conceptos. El primero de estos es complejidad. 


 

Hablo en primera persona, porque esto puede ser diferente para cada uno, pero cuando yo digo que un juego es complejo, me refiero a que hay una gran cantidad de reglas, excepciones, asimetrías, etc. por ejemplo Brass Lancashire, Twilight Imperium o el mismo Dungeons and Dragons, son juegos que requieren inversión de tiempo y esfuerzo para comprender las reglas, introducirse en el tema y asimilar la dinámica. 

El segundo concepto que me gustaría tratar es el de profundidad, que básicamente defino como la dificultad en encontrar la estrategia ganadora. Estamos hablando de muchas posibles estrategias, estilos de juego y variables a considerar. En resumen, si complejidad es la cantidad de esfuerzo mental que requiere aprender las reglas, profundidad es la cantidad de esfuerzo mental que requiere jugar.

La elegancia en los juegos de mesa (para mí, al menos) se define como ese punto justo donde hay muy poca complejidad (es decir, es muy simple), pero mucha profundidad. Donde hay un objetivo sencillo, pocas reglas, pero triunfar es muy difícil. Y cuando la definimos así, realmente hay un juego que sobresale en la mente de todas las personas occidentales: ajedrez. 


 

Las reglas del ajedrez son muy sencillas, (hay que capturar al rey y cada pieza se mueve de una forma determinada) pero cientos de años después se siguen encontrando nuevas formas de jugarlo. ¿Y por qué hablo de ajedrez en una reseña de Onitama? me es imposible no sentir que son juegos cortados de la misma tela.

Onitama es un juego fácil de aprender, pero es difícil de dominar. Al igual que el ajedrez, Onitama tiene ese sentimiento de dos mentes enfrentándose constantemente intentando prever los movimientos de la otra, sin que la suerte juegue un rol y con toda la información disponible desde el inicio.


 

Siempre está esa constante tensión de la competencia, ese miedo de no haber tomado en cuenta algo y terminar cometiendo un terrible error. Pero a diferencia del ajedrez, Onitama dura 15 minutos o menos, y en vez de dejarlo a uno agotado, con dolor de cabeza y ganas de no hacer nada que no sea dormir, Onitama lo deja a uno deja con ganas de jugar una partida más.

Como es de suponer, para cualquiera que ha leído hasta este punto, Onitama no es un juego complicado de aprender. Los componentes son simples, incluso se podrían sustituir utilizando piedras y papel, pero seamos honestos, todos queremos que nuestro juego se vea bonito.

Hay un tablero -o mat-, 16 cartas, y 10 piezas de juego -5 de cada color-. 2 de estas piezas, una de cada color, son los “sensei” que se diferencian de los estudiantes al ser un poco más grandes.


 

El tablero son líneas horizontales y verticales que dividen el área de juego en un cuadrado de 5 x 5 cuadrados más pequeños. En uno de los bordes hay un “trono” en el espacio central, y en el extremo opuesto lo mismo. En un trono se sienta el sensei azul, y en el otro el sensei rojo.  En los dos espacios a la derecha y en los dos espacios a la izquierda de cada sensei se sitúan estudiantes del mismo color. De esta forma queda la fila de un borde del tablero ocupada por las piezas 5 piezas de un color, y la del borde apuesto por las piezas del otro color a modo de “espejo”.

De las 16 cartas se toman 5 al azar y se reparten dos a cada jugador y una se pone al lado del tablero. Todas están boca arriba de tal forma que todos las puedan ver. Las cartas señalizan el movimiento de las piezas (tanto estudiantes, como sensei, se mueven igual). En cada turno un jugador utiliza una de sus cartas para mover una pieza. Una vez que un jugador concluye un movimiento,  toma la carta del centro y deja en el centro la carta que utilizó, la cual será tomada por su oponente en el siguiente turno.


 

Uno no puede mover dos piezas propias a un mismo espacio y si al final de un movimiento, una pieza termina en el espacio de una pieza contraria, esta última es “capturada”. El ganador es quien logre capturar al sensei opuesto, o quien logre llevar su sensei al trono opuesto.

Cómo buen juego abstracto de estrategia, realmente su atractivo está en la jugabilidad. Que las piezas y el tablero sean bonitos es bienvenido, pero al carecer tema palpable, para sobresalir debe tener un diseño excelente y único, y afortunadamente lo tiene. 

Onitama no gasta tiempo tratando de introducir conceptos o esperando que uno se familiarice con el juego, la tensión empieza desde la primera movida y es claro, para todos, desde el inicio que el juego será corto, pero la clave está en que logra hacer esto sin sacrificar profundidad. Cada juego tiene un montaje sencillo, pero un sinfín de estrategias, y cada jugada se siente diferente. No sólo porque las cartas de movimiento varíen, sino porque el oponente también. Aún si nos enfrentamos a la misma persona, ambos hemos aprendido de los juegos anteriores, y no vamos a jugar igual.


 

El juego es intenso, pero justo. Nunca vamos a sentir que la suerte nos jugó una mala pasada y va a ser muy difícil argumentar que quien ganó, no lo merecía. Además, a pesar de ser satisfactorio, al ser tan competitivo y lograr concentrar tanto contenido en tan poco tiempo, resulta casi imposible para el perdedor de una partida no solicitar una revancha inmediata, así como también, para el ganador no otorgarla. 

Onitama forma parte de la “Colección Esencial” de “The Dice Tower” (el canal de juegos de mesa más grande de youtube), abunda su presencia en los foros de discusión y Board Game Geek (la base de datos en línea más grande del mundo) lo coloca como el décimo quinto mejor juego abstracto.

Sería una gran sorpresa si no lo recomendamos, pero no vamos a sorprender, Onitama es efectivamente, tan bueno como todos dicen que es. Aun así, como todo juego de mesa, quizás no es para todo mundo. Cómo parecerá obvio un buen indicador es que, si a usted le gusta el ajedrez, Onitama es definitivamente su juego, pero si no le gusta el ajedrez, quizás siga siendo su juego.


 

Onitama logra eliminar muchas de las cosas que alejan a las personas del ajedrez, es más corto, es más sencillo (porque no hay que memorizar los movimientos y son todos iguales), no tiene este desarrollo de juego inicial, medio y final, pero replica esa misma tensión y ese mismo deseo de estar un paso adelante del oponente. Es una versión corta, concisa y al punto. Si ajedrez es ver las cuatro películas de Toy Story en una maratón, Onitama es como ver un corto de pixar. Tienen cierta esencia parecida, pero en el fondo, son experiencias diferentes.

Alejándolo de las comparaciones con su “abuelo”, Onitama es un juego sencillo, pero “quiebra cocos”. Si usted está buscando un le gusta la experiencia táctil de mover piezas y enfrentarse en uno contra uno en competencia mental, este juego es para usted.

Link de descarga:
https://drive.google.com/file/d/1d44LtigBskhGVQXMOqJPXqb1Tg6rSFmg/view?usp=share_link

No hay comentarios:

Publicar un comentario

P&P Campos de Arle

Campos de Arle Así se nos presenta este   Campos de Arle , un juego diseñado por el gran Uwe Rosenberg de carácter continuista respecto a tí...